SOMOS LO QUE COMEMOS

domingo, 13 de julio de 2008

La verdadera leche no está pasteurizada

La pasteurización destruye enzimas, disminuye el contenido vitamínico, desnaturaliza las
frágiles proteínas de la leche, destruye las vitaminas C, B12 y B6, mata las bacterias beneficiosas, promueve agentes patógenos y está asociada con alergias, incremento de la caries dental, cólico en bebés, problemas de crecimiento en niños, osteoporosis, artritis, enfermedad del corazón y cáncer. La leche sin pasteurizar fermenta naturalmente pero la pasteurizada se pudre; los procesadores tienen que quitar el limo y la pus que se forman mediante un proceso de clarificación centrífuga.

La pasteurización se instituyó en los años 20 para combatir la tuberculosis, la diarrea infantil, la fiebre ondulante y otras enfermedades causadas por la alimentación animal pobre y los sucios métodos de producción. Pero los tiempos han cambiado y los modernos tanques de acero inoxidable, las máquinas de ordeño, los camiones refrigerados y los métodos de inspección hacen que la pasteurización sea absolutamente innecesaria para la protección pública. Además, la pasteurización no mata siempre la bacteria de la enfermedad de Johne que se sospecha que causa la enfermedad de Crohn en los humanos con la que la mayoría de las vacas confinadas están infectadas.

La ultrapasteurización es un violento proceso que lleva a la leche desde una temperatura fría hasta por encima del punto de ebullición en menos de dos segundos. Leche limpia sin pasteurizar de vacas certificadas está disponible comercialmente en varios estados de EEUU y se puede comprar directamente de la granja en muchos más. También se puede encontrar en todos los países de Europa: Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Gran Bretaña... España es posible que sea el único país del mundo donde la gente no tiene acceso a la leche sin pasteurizar. Por la salud de todos los ciudadanos, sobretodo de nuestros bebés y niños, que son el futuro, esto tiene que cambiar.

La leche pasteurizada favorece grandes compañías lecheras industrializadas y arruina a los pequeños granjeros. Cuando los granjeros tienen el derecho de vender leche no procesada a los consumidores, pueden ganarse el pan decentemente, incluso con pequeños rebaños.


LA LECHE QUE VENDEN ACTUALMENTE ES MUY DAÑINA PARA NUESTRA SALUD

La leche que venden y que todo el mundo compra, porque no tenemos elección, no hay otra, no es una alimento: es casi un veneno. Causa enfermedades, cuando la verdadera leche sin pasteurizar cura y previene todas las enfermedades (ver artículo “Real milk cures many diseases”, en www.realmilk.com).

La leche comercial procede de la moderna Holstein, una vaca tratada artificialmente para producir grandes cantidades de leche (tres veces más que la vaca tradicional). Necesita alimentos especiales y antibióticos para sobrevivir. Su leche contiene altos niveles de la hormona del crecimiento de su glándula pituitaria, incluso cuando se le perdonan las indignidades de la Hormona Bovina del Crecimiento modificada genéticamente para empujarla hasta los límites de sus ubres a producir más cantidad de leche.

La verdadera comida de las vacas es hierba verde en primavera, verano y otoño; alimento verde, ensilaje (forraje fermentado en silos), heno y vegetales de raíz en invierno. No es soja, semilla de algodón u otros alimentos comerciales; tampoco sobras de pan, excrementos de pollos o la piel de cítricos, llena de pesticidas. Nutrientes vitales como las vitaminas A y D, y el “Factor Price” (un catalizador liposoluble que proporciona una óptima asimilación de los minerales) son muy abundantes en las vacas que comen hierba verde, especialmente la que crece rápidamente. Las vitaminas A y D disminuyen en gran parte, y el Factor Price desaparece, cuando las vacas son alimentadas con alimento comercial. La soja tiene el perfil proteínico equivocado para las vacas, resultando en un corto periodo de alta producción de leche seguido de muerte prematura. La mayoría de la leche viene de vacas confinadas toda su vida y que nunca han visto hierba verde.

La homogeneización es un proceso que rompe los glóbulos de grasa de la leche para que así no suban para arriba. La grasa alterada de esta forma se ha descubierto que es dañina para nuestro cuerpo. Las frágiles proteínas de la leche se rompen también con este proceso resultando en aminoácidos que son neurotoxinas: pueden pasar a nuestro cerebro y allí matar las neuronas. Al romper cualquier proteína de una forma artificial se forma una sustancia muy conocida por los fabricantes de alimentos porque está en la mayoría de los ingredientes de los alimentos procesados: monoglutamato sódico. Esta sustancia, y el aspartamo son dos neurotoxinas. Se utilizan las dos para dar sabor a los alimentos procesados porque son muy baratas y pueden sustituir a alimentos naturales, más caros. Son un grave peligro para la salud de todos nosotros. Se sabe que son la principal causa de la obesidad, ya casi una epidemia en los países desarrollados. Además causan muchas otras enfermedades, desde migrañas hasta diabetes, asma, problemas de comportamiento en niños, depresión...

La leche en polvo desnatada es una fuente de colesterol oxidado y aminoácidos neurotóxicos. Muchas marcas de leche no contienen verdadera leche en sus cartones, sino suero de leche en polvo. Los yogures bajos en grasa y las natas contienen una sustancia viscosa llamada mucopolisacárido para darles cuerpo. La pálida mantequilla de las vacas alimentadas con heno contiene colorantes para que parezca una mantequilla rica en vitaminas de vacas alimentadas con hierba verde. En la producción a gran escala de quesos se usan enzimas de bioingeniería. Muchos quesos producidos en masa contienen aditivos y colorantes y otros productos que imitan los quesos contienen aceites vegetales.


Traducción de Thais®

No hay comentarios:

Google