SOMOS LO QUE COMEMOS

domingo, 13 de julio de 2008

LA BATALLA ACTUAL CONTRA LA GRASA

El contenido medio de grasa en la leche de las vacas tradicionales hace un siglo era superior al 4% (o más del 50% de las calorías). Actualmente la grasa comprende menos del 3% (o menos del 35% de las calorías). Lo que es peor, los consumidores han sido engañados para que crean que la leche baja en grasa y desnatada es buena para ellos. Sólo comercializando productos bajos en grasa y desnatados como una comida saludable puede la moderna industria lechera deshacerse del exceso de leche con poca grasa y de mala calidad de los modernos rebaños de alta producción.


La grasa de la leche, es decir, la nata o mantequilla, contiene vitaminas A y D que se necesitan para la asimilación del calcio y la proteína en la fracción de agua de la leche. Sin ellas, la proteína y el calcio son más difíciles de utilizar y posiblemente tóxicos. Además, la nata es rica en ácidos grasos de cadena corta y media que nos protegen contra enfermedades y estimulan el sistema inmunitario. Contiene glicoespingolípidos que previenen el malestar intestinal, y ácido linoleico conjugado, que tiene fuertes propiedades anticancerí-genas, además de promover la pérdida de peso. Sí, la grasa puede hacerte delgado, si es el tipo correcto de grasa. Porque la grasa saturada, que se encuentra sólo en productos animales, es el tipo de grasa más necesario para nuestro cuerpo, a pesar de lo que nos dicen todos los días las revistas, la televisión y todos los medios.

¡Un ser humano no puede desarrollarse y vivir sano si la única grasa que toma es aceite de oliva! La literatura científica enumera un gran número de papeles vitales que juegan las grasas saturadas: mejoran el sistema inmunitario, son necesarias para unos huesos sanos, proveen energía e integridad estructural a las células, protegen el hígado y mejoran el uso de los ácidos grasos esenciales en el organismo. El ácido esteárico y palmítico, presentes en la grasa de la ternera y en la mantequilla, son la comida preferida del corazón. Como las grasas saturadas son estables, no se vuelven rancias fácilmente, no usan las reservas de antioxidantes de nuestro cuerpo, no inician cáncer y no irritan las paredes de las arterias.

Las peor grasa que podemos comer son los aceites vegetales calentados a altas temperaturas y el aceite vegetal hidrogenado o parcialmente hidrogenado, que se sabe que causan un montón de enfermedades crónicas incluyendo cáncer, enfermedad del corazón, problemas de huesos, infertilidad y enfermedad autoinmune. Estos aceites son los que aumentan el colesterol, no la grasa saturada, como nos engañan los medios de comunicación para vender todos los productos procesados que contienen los aceite cancerígenos (toda la bollería y un sin número de alimentos más).

El colesterol es la sustancia reparadora de nuestro cuerpo. Cuando nuestras arterias están débiles o desarrollan fisuras, el colesterol es usado para repararlas. Cuando los niveles de colesterol en la sangre son altos, es porque el cuerpo necesita colesterol. Echar la culpa al colesterol de la enfermedad del corazón es como culpar de producir el fuego a los bomberos que vienen a extinguirlo. El hecho es que los aceites vegetales calentados a altas temperaturas y el aceite hidrogenado, tienen radicales libres que dañan a nuestro cuerpo, son oxidantes, dañan nuestras arterias, necesitando más colesterol para repararlas, por eso los niveles de colesterol suben. Las personas mayores suelen tener el colesterol alto porque su cuerpo está envejeciendo y por tanto, necesitan más reparación.

La verdad es que el colesterol es nuestro mejor amigo. Es vital para el funcionamiento del sistema nervioso y la integridad del tracto digestivo. Las hormonas esteroides que ayudan al cuerpo a enfrentarse con el estrés están hechas de colesterol. Hormonas sexuales como estrógeno y testosterona están hechas de colesterol. Las sales biliares que el cuerpo usa para digerir las grasas están hechas de colesterol. La vitamina D, necesaria para miles de procesos bioquímicos, está hecha de colesterol. El colesterol es un poderoso antioxidante que nos protege contra el cáncer. Es vital para las células porque les proporciona integridad estructural y protección.

Espero que todos hayamos entendido ahora como todo lo que nos dicen en los medios es un engaño, cómo muchos médicos están comprados, y que nos mantienen lejos de la verdad para que compremos los productos dañinos para nuestra salud que venden actualmente.
Sólo se necesita un poco de sentido común para darse cuenta de que todas las enfermedades crónicas que existen ahora (enfermedad del corazón, cáncer, diabetes, obesidad, enfermedad autoinmune) eran inexistentes hace un siglo cuando nuestros antepasados comían su carne con grasa y la leche con mucha más grasa que hoy. No había aceites refinados ni hidrogenados. Hoy en día los pueblos aislados como los esquimales comen mucha grasa saturada de animales como focas y no tienen ninguna de estas enfermedades que hemos citado.

Las causa más probable del aumento de enfermedad del corazón es el cambio en nuestra dieta: gran aumento del consumo de carbohidratos refinados y aceites vegetales, particularmente los hidrogenados; y la disminución del contenido de nutrientes de nuestros alimentos, particularmente minerales y vitaminas solubles en grasa, vitaminas que sólo se encuentran en las grasas animales.



EL CRIMEN CONTRA LA LECHE SIN PASTEURIZAR (extracto)
por Alton Eliason

Nunca en los anales de la salud y la nutrición ha habido un alimento tan difamado, sobre el que más se ha mentido y conspirado como la leche sin pasteurizar. Fue reverenciada en todo el mundo como el alimento más perfecto, pero su perdición fue planeada en pasos bien organizados para crear la actual leche de larga vida, un producto virtualmente sin vida cuya
única comparación con la original es su color.

Aunque cada nuevo procedimiento de procesamiento de la leche ha sido considerado como una mejora de la calidad nutricional y la seguridad, estos pasos realmente llevan a la destrucción de estas propiedades a cambio de la ambición corporativa. En su forma actual de larga vida, la leche no sólo está vacía de la mayor parte de su valor nutricional, sino que puede causar muchos problemas de salud.

La homogeneización ha tenido efectos devastadores en el consumo de leche. Ésta se ha vuelto insípida al quitarle toda la grasa. La industria del cereal ha sufrido irreparablemente desde que la leche dejó de contribuir al sabor del cereal. A pesar de la adición de enormes cantidades de azúcar y aromas de todo tipo, la gente, y los niños en particular, no están comiendo cereales como lo hacían en el pasado.

Las compañías lecheras se amoldaron a la moda de “libre de grasa” reduciendo el contenido graso cada vez más. Pero la gente no bebe las versiones aguadas. Además, aprovechan para empujar a la gente a consumir más leche el hecho de que haya enfermedades como la osteoporosis. Pero esto es una farsa porque las enzimas y vitaminas en la grasa se necesitan para asimilar el calcio. Es un milagro que todavía vendan leche “entera”. Pero a no ser que la leche sea sin pasteurizar nunca podrá ser “entera”.


Traducción de Thais®

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